lunes, noviembre 19, 2007

Pollo Rustido

Normalmente voy a comprar siempre al mismo sitio. La típica tienda-carnicería-pollería-charcutería de barrio, por calidad, comodidad y confianza. Cuando están de vacaciones tengo que buscar donde pueda comprar lo que necesito y cumpliendo como mínimo el primer motivo por el cual voy a la "CARMEN"(así se llama), la calidad. Bien, pues el otro día le fui infiel. Estaba en el mercado del barrio haciendo cola en la charcutería de mi madre para comprarle unas cuantas cosas que necesitaba y por el rabillo del ojo veo que se mueve un pollo con patas. La parada vecina era una pollería. Moví un pie y cambie de lugar. He de decir que me encantan las patas de pollo, encuentro que le dan un gusto especial al caldo, y además de estar ricas son entretenidas de comer, en fin para mi es una gran perdida que los pollos vengan cojos. El caso es que tenían pollos de corral (que son los que tienen patas) de dos clases diferentes, y el que mas me gusto fue el mas pequeño, de carnes prietas, no tan amarillo como el resto y que resulto que era el que se había quedado la dependienta porque era el mas caro (y que me ofreció amablemente) ya que había sido alimentado íntegramente con maíz cereales y leguminosas sin aditivo y además para los incrédulos llevaba su certificado. Nunca hubiera imaginado que en el mercado de mi barrio pudiera encontrar algo así. Aunque de hecho ya me advirtieron que si quería otro en otra ocasión debería encargarlo. En definitiva, el pollo peso unos dos Kg. y medio y me costo alrededor de los 18 Eur. Vale, no es barato, pero si nos compramos un cuarto de solomillo de ternera nos sale por el mismo precio. Porque no de tanto en tanto nos damos un homenaje- porque yo lo valgo, y cocinamos un pollo como Dios manda??. Como los de antes. Como los que hacia la mami o la yaya....

Este pollo a mi entender no necesitaba grandes elaboraciones o ingredientes, solo tiempo y como no, cariñin.

INGREDIENTES

  • Un pollo de corral partido a trozos regulares
  • 3 cebollas “grandecicas” (en este caso de Figures)
  • 2 tomates rallados
  • Aceite, sal, pimienta, azúcar moreno
  • Un bouquet garnis ( o lo que viene a ser un farcellet d'herbes o un ramillete de hiervas compuesto de orégano, laurel ajedrea y tomillo)

Y para la picada

  • 3 dientes de ajo
  • 2 hojas de laurel
  • Unas hebras de azafrán
  • Unas cuantas avellanas, piñones y almendras
  • Pan tostado
  • Un poco de whisky y un poco de vino blanco

En primer lugar, en una cazuela de barro con aceite de oliva no demasiado fuerte, confite los tres dientes de ajo, golpeados y con piel y las hojas de laurel troceadas sin dejar que se quemen, con la finalidad de aromatizar el aceite. Cuando se han dorado y han cumplido su función se sacan, se pelan y junto con los trozos de laurel, se reserva con el resto de ingredientes de la picada.

En ese aceite ponemos el pollo, que ya estará salpimentado, a freír a fuego fuerte cuando esta doradito lo sacamos y reservamos. En el mismo aceite doramos la cebolla y cuando empieza a coger color añadimos el pollo, los tomates rallados ya salpimentados y con un poco de azúcar moreno y el farcellet d’herbes. Tapamos y lo dejamos que se vaya haciendo a fuego medio durante media hora, vigilando que no se pegue y meneándolo de tanto en tanto para que vayan mezclándose los sabores bien. Mientras en el vaso de la picadora ponemos los ajos fritos, los trocitos de laurel, los frutos secos, el pan tostado y un chorrito de coñac. Lo trituramos todo. Añadimos el azafrán que habremos tostado para activar su aroma y volvemos a triturar. Tiene que haber poca cantidad de azafrán, sobre todo en este caso que lo que queremos es realzar el sabor del pollo. En fin, pasada la primera media hora de cocción añadimos la picada, y un chorrito de vino blanco y se deja media horita mas con el mismo fuego. Y ya esta. El pollo realmente estaba jugoso, y si que tenía un gusto diferente, como a maíz. Algo que ya note cuando lo doraba, creo, igual me sentí influida por la nota...no se, lo que se es que quedo muy bueno, y como en el anuncio de Heno de Pravia nos trajo recuerdos de la niñez.

Acompañamos el platillo con un fantástico Baron de Chirel del 2001. Elección acertada por parte de mi Máxi ya que es un rioja frutal y elegante, donde la sutileza que presentaba el vino, no se comía el plato, en esencia sencillo, sino que lo redondeaba.

Lrk.