lunes, octubre 23, 2006

Visita a L'Ermita

Ay!! Cuanto tiempo sin contar nada, oyes, y no es por falta de ganas, o porque no cocine en casa, es básicamente por falta de tiempo, organización y que mi Luna está muy lejos y no llego, no llego. Pero bueno. He encontrado un hueco, que esto lo tengo que contar.

Hará cosa de un mes y medio, casi dos, unos amigos nos hicieron una oferta que no pudimos rechazar...acompañarles a visitar la bodega de Álvaro Palacios en Gratallops, quien dice bodega, dice también las viñas y dice comer en los Irreductibles...Pero vayamos por partes.

Después de encontrarnos todos los que estábamos, que no éramos todos los que somos, nos encaminamos hacia Lo Priorat, en un día nublado y lluvioso, que hacía peligrar la visita a las viñas. Allí nos esperaba el enólogo de dicha bodega, Joan Asens, que tampoco es el único, según nos explicó, porque son varios los que se encargan de la elaboración de los tres vinos de la bodega. Nos estuvo explicando los orígenes de la tradición vinícola de la zona y que yo ya conté cuando hablé del Sant Bru, y un poco los orígenes y tradición de la bodega, explicado divinamente aquí. Después nos repartimos en los coches y nos fuimos a visitar las viñas.
Nos estuvo enseñando las fincas de todos los tres vinos que tiene la bodega. Les Terrasses se hace con la uva de varias fincas que tienen repartidas por la zona de Gratallops e incluso de fincas de propietarios del pueblo, ajenos a la bodega, a los cuales le seleccionan y compran la uva. Sin embargo el Dofí y l’Ermita, son única y exclusivamente vinos hechos en las fincas de la bodega y que tienen el mismo nombre. Cuando llegamos a la finca Dofí nos explic
ó las cepas que habían allí plantadas eran viñas de alrededor de 20 años y las variedades correspondían a las mismas que el coupage del vino, aproximadamente entre un 60% de Garnacha, 20% de Cabernet Sauvignon, 15% Syrah y un 5% de Merlot. Luego subimos hasta la finca de l’Ermita. Una finca empinada y un tanto agreste, de difícil acceso para la maquinaria agrícola, lo que les obliga ha trabajar con mulas, que por otro lado, hace que todo sea mucho más natural. El terreno está cubierto, tanto en la finca Dofí como en l’Ermita (como en toda la zona) de llicorella, el mineral que le da el toque tan característico a los vinos del Priorat, y que a la vez ayuda al desarrollo de la viña. Aquí las viñas tenían la respetable edad de entre 60 y 100 años y todas ellas eran Garnacha, en su mayoría, rondando el 80% de la producción, y el resto Cabernet Sauvignon. Como nota curiosa, explicar que no pudimos acceder hasta la zona más alta de la finca, coronada por una Ermita (de ahí el nombre de la finca) y de donde se tiene unas inmejorables vistas de todas las viñas, porque al parecer vive un ermitaño al que no le gustan demasiado las visitas.
Después de la excursión campestre, volvimos a la bodega, para visitar su interior interno y conocer mejor la elaboración de los vinos.
La bodega preciosísima, y súper-fashion nos dejó nada más
entrar impresionados.
Y pasamos a ver la sala de fermentación donde Joan Asens nos explicó todo el proceso que pasan los vinos. Haciendo un resumen y si la memoria no me falla, en las barricas de acero, es donde fermenta les Terrasses pero para el Dofí y l’Ermita hacen la fermentación, directamente en tinas de roble, cada variedad en una tina para luego ir haciendo los coupages según van fermentando…Una vez han dad
o con el coupage adecuado, lo pasan a las barricas de roble francés y en ellas se queda el vino reposando unos 15 meses en el caso del Dofí y entre 18 y 20 en el caso de L'Ermita, dentro de una sala de barricas impresionante, no se si se aprecia en la foto pero toda ella está forrada de madera. El Feng-Shui adaptado a la enología.

Después pasamos a la sala de catas para probar las “Joyas” que Juan Asens nos tenía preparadas. Para flipar.

L’Ermita 1999; L’Ermita 2000, L’Ermita 2004 y Dofí 2004. Los vinos estaban decantados y guardados a buena temperatura.
Empezamos por el 99. Este era una muestra de barrica, sacada el 11 de enero del 2002. Joan Asens nos explicó que constantemente van sacando muestras
de barrica, para comprobar la evolución del vino, y esta botella era una de esas y no el definitivo que se embotelló y se puso a la venta de esa añada, pero que pensaba que sería divertido probarlo y ver las diferencias con las otras. La botella era pequeña de 33 cl y estaba teñida por el vino. Tenía una nariz muy expresiva, con mucha fruta roja madura, muy mineral, fresca, golosísima pero al probarlo en boca estaba muy secante, con una acidez excesivamente marcada y aunque se podía prever un buen final, la acidez y astringencia eran demasiado evidentes.
El 2000 estaba más equilibrado, con la nariz parecida al 99, fruta roja madura, fresca algo más mineral, algún toque a regaliz. En boca mucho más redondo fruta
l, mineral, con una acidez marcada y largo, muy largo.
El 2004 fue el que más me gustó, lo encontré, pese a ser más joven, más redondo, con la misma nariz frutosa, fresca y mieral incluso con algún toque ahumado. En boca tambien me gustó más lo encontré más elegante y con una acidez menos agresiva, mucho más equilibrado.
El Dofí 2004 también lo encontré muy rico. Con una nariz mucho más mineral, con toques a mangrana, regaliz, pizarra, grafito y en boca muy fresco, equilibrado, largo y redondo. Me encantó.

En definitiva, L’Ermita del 2004 fue el que más me gustó de los tres que probamos pero el Dofí también me gustó muchísimo y si valoramos la R.C.P definitivamente me quedo con el Dofí de todas todas.

Si es que en el fondo, una servidora es de gustos sencillos!!.

Lkr