Con los siguientes ingredientes:
- 1/2 Kg. de patatas
- 4 huevos
- una cebolla tierna no muy grande
- un vaso grande de aceite de oliva
- sal
Primero, puse el aceite a calentar, añadí la cebolla bien picada con el cuchillo, a fuego medio. Mientras se hacía la cebolla pelé las patatas y las corté a rodajas finas. Hecha la cebolla la escurrí para que soltara el aceite y la coloqué en un cuenco hondo. Comencé a freír las patatas en tandas, batí los huevos en el mismo cuenco donde estaba la cebolla y fui añadiendo al huevo las patatas fritas debidamente escurridas de aceite. Una vez acabadas de freír todas las patatas, me dispuse ha hacer la primera.
En una sartén pequeña que tengo, como para hacer una tortilla individual o para dos que no comen mucho, a ojo de buen cubero, dividí los ingredientes y la hice como mandan los cánones; A fuego medio-fuerte con una cucharada del mismo aceite en el que había frito la cebolla y las patatas hice la primera sin más aditivo que mi amor y a la segunda le añadí como suelo hacer siempre un chorrito de leche.
El resultado visual es este:
La primera me quedó menos dorada por fuera y menos líquida por dentro, y aunque si babeaba un poco a simple vista me pareció que no era suficiente para mi gusto. La segunda babeaba más y quedó más doradita...Pero de lo que se trataba era del sabor. nopisto decía que para él, la gracia está en que babee pero con la textura de yema de huevo, que verdaderamente es la que a mi me gusta.
And de winner is…
¡¡¡LA QUE NO TIENE LECHE!!!
Nopisto tenía razón.
Curiosamente era más pequeña y quedó menos liquida, pero la textura y el sabor era más cremosa y gustosa. La que SI lleva leche quedó más gorda, también estaba jugosa pero era menos sabrosa, más sosa , como más liquida. Le faltaba esa cremosidad que él decía, y que en mi humilde opinión, si tenía la primera, aunque se pueda mejorar (dicho sea de paso).
El que lo hiciera todo en el mismo plato fue por ese motivo, para que la única diferencia que pudieran tener fuera la leche, a pesar de arriesgarme a que una quedaran de diferente tamaño.
Así que ¡a Dios pongo por testigo que NUNCA le pondré leche a mis futuras tortillas!!.
(Nopisto, gracias por el consejo)