Que me gustan las anchoas en salazón, no es ningún secreto, y que las que están medio buenas, es decir con un mínimo de calidad exigible, cada día están más caras, tampoco. Así pues, un día mirando recetas encontré una de un Restaurante de Sant Feliu de Guixols, exactamente el de “La Associació de Restaurants Ganxons i de la Vall D’Aro (toma ya) para hacer anchoas confitadas. Vi que no necesitaba gran cosa, anchoas, sal gorda y pimienta negra en grano.
He de decir que en mi ignorancia, no se si las anchoas son lo mismo que los boquerones. He estado mirando y he visto que la Engraulidae según Wikipedia son anchoas y las Engraulis encrasicholus son Boquerones, pero Pistoynopisto (que me dan mucha confianza porque ellos se informan muy bien siempre) dicen que las anchoas tanto las del Cantábrico como del Mediterráneo son las Engraulis encrasicholus. Así que como no entiendo nada, ni se si hay diferencia de las unas con las otras o son las mismas o las anchoas son boquerones que cuando se salan son anchoas y como encima, en mi barrio solo venden boquerones, (eso si todo el año, a veces más pequeños, para hacer fritos y otros un poco más preciosos para hacer en vinagre) hace un par de semanas en la pescadería a la que voy habitualmente encontré unos boquerones de buen tamaño y todavía con la idea de la receta en la cabeza, pensé que era más práctico comprar medio kilo de boquerón y probar de hacerlo, total, si no recuerdo mal no me gasté ni un Euro y medio con medio kilo de boquerón, y el bote de anchoas de Magdalena Sureda (muy buenas, eso si) están a 7’50 € precio actual y las de Productos de Nuestra Tierra de Carrefour a 5’75€ precio actual, probablemente a mi me costaran algo menos, pero desde luego no me costaron menos de 2 €.
Lo primero que hice, aconsejada por mi Maxi fue congelar los boquerones, por el asco del Anisakis de las narices, que ya se sabe que la sal o el vinagre no se lo carga. Los tuve un par de semanas olvidados en el congelador, y entre ayer y hoy las he preparado.
Para empezar hay que sacar las tripas de las anchoas – boquerones y salarlas con sal fina, un par de horas. Después, con el suquillo que han desprendido los boquerones se prepara una especie de caldo, añadiendo un poco de agua y más sal fina, se pone a hervir para que reduzca un poco y suelte aroma. Mientras, se mezclan la sal gorda con la pimienta negra. Hecho esto se va poniendo en un bote de cristal una capa de la mezcla de la sal y pimienta, se moja un poco con el caldo de boquerón que se acaba de hacer, y se colocan encima los boquerones - anchoas. Se cubre con una capa de sal y pimienta, se vuelve a mojar con el caldo y a poner los boquerones y así sucesivamente hasta llenar el bote. Finalmente se acaba con una capa de sal y pimienta y se tapa el bote. Hay que dejarlas reposar durante 3 meses, pero es importante ir vigilándolas por si sueltan mucha agüilla, ya que entonces hay que escurrirlas.
Dentro de 3 meses pondré los resultados por aquí, ese es el motivo más importante de que hoy publique este post. Así seguro que no se me pasa.
Tengo curiosidad de cómo saldrán. El tema es que esperar tres meses mínimo para poder comerlas me enerva... Pero ya lo decía Josep Pla “Les anxoves de pots s'hi han de mantenir, com a mínim, un any abans que ningú l'obri i les toqui. Si hi poden estar un any i mig, millor” VENGA YA HOMBRE!! Yo dentro de tres meses si no se me olvidan, que tambien podría ser, las estoy probando, eso si, si quedan buenas, probablemente haga más y lo mismo me animo a dejarlas el tiempo que según dice el señor Pla corresponde.
Lkr.
Por cierto la foto es un asco porque la he hecho con el móvil, ya que la cámara me la dejé el viernes en Marte. Que nadie me lo tenga en cuenta.