jueves, julio 13, 2006

Adios Horno. Adios (y II) - Rodaballo -

Tenia el rodaballo, esta vez de tamaño apropiado para dos traga aldabas como nosotros, y no podía hacerlo de otra manera, porque le dije al pescadero que me lo limpiase, y lo dejase entero para hacer al horno, de hecho intenté partirlo yo en casa, pero no fui capaz.

Así que como era lo último que haría en el horno en todo lo que queda de verano, ¡tenia que ser por todo lo alto.!!
No innové. La otra vez me salió rico, así que lo hice igual, solo que como este era el doble de grande, en vez de hacer las patatas a lo pobre, corté las patatas, cebollas y pimientos verdes a rodajitas finas, los ajos partidos por la mitad y colocados estratégicamente por en medio de las patatas.Todo en crudo.Encima coloqué el rodaballo, sal un buen chorro de AOVE, y eso si, hice caso a Marisa y le puse el zumo de un par de naranjas, y la verdad es que le da un toque diferente, como más ligero. Me gustó.
Bueno, una vez precalentado el horno 10 minutos a 200º y todo preparado, lo metí a 180º, durante 20 minutos, y salí corriendo del calor de mi cocina. Pasados estos, le añadí un poco de vinagre y los imprescindibles ajitos fritos que esta vez sofreí con un poco de cebollino y se lo añadí por encima. Horno a 170º cinco minutos más, y listo.
Quedó bueno. Nada complicado y hecho prácticamente de la misma manera que la vez anterior, pero como en aquella ocasión no puse fotico, este lo quería enseñar. Y así me he despedido de mi horno por la puerta grande. ¡OLE!!

Esta vez maridamos el animalico con un As Sortes 2004. Cuando lo probé en una muestra de vinos, me encantó y eso que estaba embotellado para la ocasión, aunque lo sacaba ese mismo año. Esta vez, lo encontré más serio. Un vino con una nariz expresiva, que mejora con aireación, donde destaca la mineralidad, los cítricos y con leves recuerdos a flores blancas y algo de levaduras. En boca es untuoso, largo, con una acidez marcada y agradable. El final es largo y vuelven a estar presentes los minerales. Nos gustó mucho, sobre todo porque íbamos con un poco de miedo ya que en días anteriores lo habíamos tomado en un restaurante y no lo encontramos tan bien. Creo que es porque no lo debían tener bien conservado porque desde luego el que nosotros tomamos, acompañó valerosamente al rodaballo.

Lkr.

9 comentarios:

Jorge Guitián dijo...

Caramba, últimamente os ha dado a todos por ese vino. Ya sabes que yo soy medio valdeorrés adoptivo, así que me alegro del éxito de esta nueva referencia.

Y por cierto, menuda pintaza que tiene el bicho. Si sabía tan bien como lucía...

Anónimo dijo...

Me sabría mal, Lurka, darte la sensación de ser como el maestro Piñones (ya sabes: aquel que no sabía leer, y de lectura daba lecciones), pero no puedo evitar entrar una vez más en tu blog para sugerir una sencillísima pero, a la vez, gustosísima “fórmula” de preparar un pescado fresco al horno.

Me la explicó una buena amiga mía, pescatera (hija, nieta i biznieta de pescateros de la Plaça Vella de Badalona):

Encender el horno a 200 grados. Untar bien untada con aceite de oliva una fuente para hornear. Pelar y cortar a láminas patatas, no demasiado delgadas pero tampoco excesivamente gruesas, con las que, una vez salpimentadas, haremos un lecho en la fuente y que, después de regar ligeramente con un poco más de aceite de oliva, pondremos en el horno hasta que estén medio hechas.

Salpimentar el pescado (desescamado el que tenga escamas), al que, mejor en la pescadería, le habrán practicado el número de incisiones a lo ancho para que nos salgan las raciones que tenemos previstas. Colocar el pescado encima del lecho de patatas medio horneadas y, encima de él, escurrir 1 ó 2 tomates maduros (según el tamaño). Salpimentar el tomate escurrido y regarlo con otro poco de aceite. Colocar de nuevo la fuente en el horno, que habremos bajado a 180 grados, y entre 20 y 25 minutos ya estará listo.

Mi admirado Josep Pla, con la socarronería que le caracterizaba, escribió que una de las grandes desgracias históricas que se habían encarnizado con Italia (de la que él era un gran conocedor y admirador) fue el descubrimiento de América, ya que con dicho descubrimiento nos llegó a Europa el tomate, un producto éste que, por su abuso, estropeó la cocina italiana. Te hago este comentario porque en esta receta hay que tener en cuenta que el tomate es sólo presencial, ya que su función es prácticamente la de evitar que se reseque el pescado, el cual nos llega a la mesa con todo su sabor natural.

Para mi gusto, aparte de algunas excelentes preparaciones al hinojo que he probado por la Costa Brava y una inolvidable en el Quo Vadis de Barcelona, la lubina preparada de esta forma tan sencilla al horno tiene, como decimos en catalán, “tots els gustos bons” (todos los gustos buenos).

Un abrazo.

enric.

Marisa Beato dijo...

Pues yo opino que a los pescados no hay que hacerles rajas porque se resecan mucho y darles el tiempo justísimo. Por esos cortes se escapan todos los jugos y se evaporan con un exceso de horno.
De verdad que no son necesarios.

Lurka dijo...

Gourmet el rodaballo estaba mejor que lucía. A ver cuando inventan los transmisores de olores, una especie de webcam pero con los aromas. ;-)Y en cuanto al vino, hace poco probé el 2005 y está incluso mejor que el 2004 y eso que le faltaba algo de botella. En esta añada ya lo tenia mas por la mano. Si no lo has probado y tienes oportunidad hazlo y ya me dirás.
Enric tu cuenta cuenta que todas las ideas siempre son bien recibidas. Pero estoy de acuerdo con Marisa en lo de hacerle cortes al pescado. De hecho, cuando compro pescado siempre especifico que solo lo limpien pero no me hagan los típicos cortes transversales. El tajo que tiene este rodaballo es la demostración de mi torpeza al intentar partirlo para no hacerlo al horno, pese a ello, como no lo tuve mucho tiempo ( para lo grande que era) quedó muy jugoso.

Carmen dijo...

Vaya casualidad, ayer fuimos de "típica cena de verano" con las compañeras de trabajo a un sitio muy recomendable "Cinc Sentits", estoy buscando la web, pero no tienen :( y justo salio como una opción este vino que nombráis, hubieron buenos comentarios pero nos decantamos por otro... espero poder probarlo en otra ocación!

Lurka dijo...

Carmen, si te refieres al restaurante tan chulo que hay en la calle Aribau, 58 de Barcelona esta es la Web http://www.cincsentits.com/
No se si hay otro con el mismo nombre...

Carmen dijo...

Vaya acabo de hacer el verdadero ridículo, si es ese... pero en el google no sale!!!!

Anónimo dijo...

Gourmet, tu tierra tiene un gran potencial de vinos blancos y ese As Sortes es un magnífico ejemplar. Que cunda el ejemplo, necesitamos más de esos.

Por cierto, ¿nadie comenta su precio?. Yo compré mis botellas a 20,5€. Un poco subido pero correcto dada su calidad.

Lurka, ese rodaballo tiene un aspecto espectacular:-).

Anónimo dijo...

Me he quedado un poco perplejo, la verdad sea dicha, después de leer los dos comentarios referidos a los cortes transversales en los pescados preparados para hornear, ya que si escribí “incisión” lo hice convencido de que dicho substantivo definía un corte limpio, estrecho y poco profundo (por eso dije que era preferible que lo hicieran en la pescadería) para que quedaran marcadas en el lomo del pescado, aunque visibles, estrechísimas hendiduras sin casi profundidad, cuyo objeto no es otro que el de facilitar posteriormente poder cortar con comodidad las raciones a la hora de servirlo a la mesa.

He buscado en el diccionario la palabra “incisión” y he podido comprobar que no tiene exactamente el sentido que yo creía, por lo que comprendo que diera lugar a la confusión.

En realidad, cuando compro un pescado para hacer al horno, no digo que me hagan en él "x" número de incisiones, sino que pido que me lo señalen para “x” raciones.

Disculpad, pues, el lapsus lingüístico.

enric.