domingo, agosto 06, 2006

Lluerna Restaurant

Tenemos al “Mini Yo” de vacaciones en el pueblo, le hecho de menos pero poco, porque ahora mi Maxi y yo nos hemos quedado de novios, y no paramos casi por casa. Ayer me llevó a cenar al Lluerna.
Ya tenía ganas de ir, por un lado por que había leído bastante y bien de él y de su cocinero Victor Quintillà. Y por el otro porque mi Máxi ya había estado en dos ocasiones y yo me había tenido que conformar con sus explicaciones, de lo bien que lo hacen, de lo chulo que es el sitio… Hombre, un poquito de por favor!!

Ubicado en la calle Rafael Casanova 31 de Santa Coloma de Gramanet, muy cerquita de la Iglesia Mayor, que es la única zona bonita y tranquila de Santa Coloma. Doy fe.
La decoración es minimalista con colores de madera Vengué y blanco. No muy grande con un máximo de 8 mesas, creo recordar, aunque parece ser que tienen un reservado con una mesa para 10 comensales. La iluminación
es justa, bien distribuida y enfocada a los platos. El servicio joven y muy correcto. Ayer era su último día antes de coger las vacaciones de verano (volverán para el 29 de agosto) y, no se si es por eso, pero en sala solo habían dos personas, la jefa, Mar Gómez y otra chica, cuando llegamos a las 22.00 solo habíamos tres mesas. Un poco más tarde llegó una mesa de 13 personas (creo que no tenían reserva) pero a pesar de eso estuvimos bien atendidos en todo momento. Buena ambientación y música correcta.
No teníamos mucha hambre así que pasamos del menú degustación, y cenamos de carta.
Nos pusieron como entrante de la casa un gazpacho con mejillones y germinados de sandia muy rico.
De primero tomamos Vieira y gazpacho de aguacate (10,50€). Me gustó mucho. Colorido y refrescante. Y un Ajoblanco con sardinas, uva y jamón (8,70€) también muy bueno. El Ajoblanco estaba perfecto con el punto de ajo pero sin sobresalir en exceso y donde el sabor de la almendra estaba más presente.
De segundo hicimos pescados. Unos salmonetes con tomate confitado,
olivas y naranja (19,50 €) plato sencillo y sin florituras para poder degustar los salmonetes sin salsas que engañen el paladar y apreciar así la frescura del producto, y sin una espina, solo por eso ya merece la pena pedirlo. El otro plato era un Pescado de playa sobre "romesquet" y tripas de bacalao (21,50 €) que para mi fue el más flojo, el pescado un pelin demasiado hecho, pero en general y aunque estaba bueno, el faltaba gracia, chispa… no se. Inevitablemente la comparamos con la Corbina de Cal Deni (que habíamos tomado el día anterior) y esta última le daba mil vueltas y costaba 14,90€!!
De postre tomamos un Mojito (4,40€) Una adaptación del Mojito, en una especie de sopa fría con un helado de lima y un chorrito de ron. Muy bueno refrescante y de nuevo equilibrado en los sabores. Y un Pastelito cremoso de chocolate Ocumare (5,50 €) que era un
Coulant de chocolate Ocumare. Bueno.
Las cantidades son correctas, así que dependiendo del hambre, recomiendo dejar un hueco para el pan. Lo hacen ellos y está sencillamente brutal, me hubiera gustado echar alguna fotico pero antes de sacar la cámara ya le había pegado el tiento. Yo probé el de olivas negras, Cereales y el normal, y de los tres me quedo con el normal por lo difícil que es encontrar últimamente en los restaurantes (y en algunas panaderías) un buen pan con sabor a pan y nada más que harina y agua. A mi Maxi le gustó más el de olivas negras pero yo creo que es porque
el pan-pan ni lo probó.

De beber, tomamos un Oliver Conti Blanco, del 2001 (22 €). Resultó un vino curioso. Con notas sobre todo a regaliz. Recuerdos de fruta tropical, algo de fruta amarilla. En boca volvía la regaliz y la fruta pero le faltaba acidez y era más bien corto. No acabó de convencernos.

Al final nos salió con 2 copas de cava, 4 cafés, 2 aguas e IVA por 118,66€. Barato no es pero la impresión general fue buena. Me gustaría volver para probar los arroces, ya que vimos pasar alguno y tenían una cara estupenda, y las carnes, que al Cochinillo crujiente le tengo que dar mi aprobación.

Los fumadores pueden ir tranquilos y llevarse un puro si quieren, que se permite fumar.

Lkr.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Ese lugar es mi asignatura pendiente. Precisamente el mes pasado llamé para reservar un sábado al mediodía y resulta que cierran los sábados y domingos:-((. Habrá que buscar un día laborable; un poco complicado.

Respecto al pan tienes razón. Normalmente paso de todos esos panes de nueces, olivas, etc, que sólo sirven para llenarte el buche y que llegues fatigado a los postres. Pan con sabor a pan y ya está.

Oliver Conti blanco es muy extraño. A mí tampoco me convence.

Lurka dijo...

Nosotros fuimos el sábado por la noche y como digo no había casi nadie.
El pan estaba bueno todo, el de olivas negras se parecía a uno que tomé una vez en el Celler de Can Roca cuando fui con unos amigos a una comida maridaje, pero lo cierto es que cuando encuentro un pan natural que está tan bueno, con su mollita tierna y gustosa y la corteza crujiente... lo prefiero a los otros. Pensé hacerle una foto para que lo vieras tu, que también aprecias lo de lo panes, pero claro lo tenia que probar y mordido ya no queda tan bonita la foto :-))

Anónimo dijo...

Ajoblanco con sardinas, uva y jamón... Vaya combinación! Lo probaré. ¿Las uvas estaban enteras, flotando, o formaban parte del ajoblanco? El jamón supongo que estaba en virutas, ¿no?

Julián
Ibergour, Jamones ibéricos de bellota.

Anónimo dijo...

Es uno de mis restaurantes favoritos. Voy por lo menos una vez al mes.

Anónimo dijo...

Spanishtaste